Hoy os voy a presentar una dinámica que utilizo a principios de curso para trabajar la empatía, la autoestima y mejorar la relación entre los alumnos. La descubrí en el blog Justifica tu respuesta y la llevé a cabo en la hora de tutoría durante varias semanas, fue todo un éxito.  Curso tras curso, se ha enriquecido con algunas herramientas de coaching educativo e inteligencia emocional hasta convertirse en una de mis dinámicas favoritas, un auténtico regalo para el corazón y desarrollo de la autoestima.

Los alumnos son conscientes de sus cualidades físicas: soy alto, moreno, tengo ojos marrones… pero les cuesta identificar cualidades relacionadas con su personalidad más allá de soy gracioso, simpático, buena gente…  Esta dinámica es una herramienta de toma de conciencia no solo de nuestras cualidades personales positivas sino también de las cualidades de los demás compañeros, así los alumnos trabajarán de forma activa la empatía y aprenderán a mirar el lado positivo de las personas.

El resultado será un árbol de las cualidades único para cada uno de nuestros alumnos y para el profesor/a, que pueden colgar en algún lugar de su habitación y visitar cuando los invada un bajón emocional y quieran empoderarse.

¿Te animas a hacerla en tu tutoría? Te cuento cómo lo hacemos.

Primera sesión.

En la primera sesión, pide a los alumnos que pongan su nombre en una hoja de papel y debajo dos cualidades positivas con las que se identifiquen. Cuando todos hayan acabado irán pasando este papel y cada compañero añadirá otra cualidad positiva sin ver la que han añadido los demás compañeros con la técnica abanico. El papel vuelve a su dueño y cada uno, en silencio, lee las cualidades que han escrito sus compañeros.

Después, se van anotando las cualidades en la pizarra sin asociarlas a ningún alumno (normalmente suelen repetirse y al final quedan en la pizarra unas 10/12 cualidades).

Después de esto, presentamos a los alumnos la infografía con el listado de cualidades positivas y así, los alumnos recuerdan o descubren nuevas cualidades con las que identificarse. Si no se conoce el significado de alguna palabra, hay que explicarlo, para que todos los conceptos queden claros.

Os dejo una infografía para que la proyectéis en la pizarra digital o llevéis impresa para cada dos alumnos. la utilizaremos más adelante en otra sesión.

Puedes descargar la imagen aquí.

Segunda sesión.

En la segunda sesión se pide a los alumnos con anterioridad que traigan lápices de colores y unas tijeras. Yo suelo llevar una caja a todas mis tutorías a la que llamo El Kit de tutoría básico, os hablaré de ella en otro post y donde suelo poner lápices y rotuladores de colores, tijeras, barras de pegamento, cinta adhesiva… materiales que suelen venir bien para realizar las dinámicas de tutoría. Los alumnos suelen cuidar mucho mis materiales,  les digo que son personales, que me encanta compartirlos con ellos pero que tienen que hacer un uso responsable y cuidarlos, lo hacen estupendamente.

Empezamos la sesión repartiendo dos folios en blanco por cada alumno, en uno de ellos dibujarán el tronco de un árbol y en el otro un número de hojas de un tamaño medio (el número es el resultado de multiplicar por dos el total de los alumnos que forman la clase y si el profesor quiere participar en la dinámica se suman dos hojas más).

Esa sesión es totalmente creativa, no hay modelos, cada uno dibuja el tronco que quiere, las hojas como quiere… y les da el color que le apetezca. No decimos a los alumnos con qué finalidad estamos creando ese tronco y esas hojas… que disfruten ese momento… Te recomiendo que te sientes con ellos mientras están dibujando, coloreando y recortando, es un buen momento para conectar con ellos y que te cuenten muchas de sus aventuras.

Al terminar la clase, el profesor entrega un sobre a cada alumno con su nombre para que guarde las hojas recortadas y evitar que se pierdan, recoge los sobres y los troncos y los guarda en la caja de tutoría.

Tercera sesión.

Entregamos los sobres a los alumnos, sacamos las hojas recortadas y las ponemos encima de la mesa. Dejamos el sobre vacío sobre la misma.

Proyectamos en la pizarra la infografía de las cualidades personales y explicamos a los alumnos que vamos a trabajar con ellas de nuevo, las leemos para recordarlas por si alguna no hubiese quedado clara. Por orden alfabético, se va nombrando a los alumnos. En cada turno, el alumno escribe para sí mismo dos cualidades positivas, cada una en una hoja, las mete en su sobre vacío y va recogiendo las hojas que sus compañeros escribirán con dos cualidades para él/ella en las hojas recortadas. Después nos entrega el sobre y se guarda en la caja de tutoría. Todos los alumnos terminan la sesión con su sobre repleto de cualidades positivas, esperando florecer en el tronco del árbol que dibujaron en la sesión anterior.

Cuarta sesión.

En esta sesión pedimos a los alumnos que traigan pegamento con anterioridad. Comenzamos explicando a los alumnos que hoy vamos a pegar las hojas recogidas en el sobre en nuestro tronco. Se entregan sobres y troncos, se deja que los alumnos vayan descubriendo y saboreando esas cualidades que los demás nos han regalado y con las que formaremos la copa de nuestro árbol. De nuevo no hay reglas, cada uno las pega como quiere creando un árbol único.

Es una sesión maravillosa, el profesor también pega las suyas y crea su árbol. Cuando todos han acabado nos tomamos un tiempo para leerlas en silencio y reflexionar sobre el propósito de la dinámica. Hay que aclarar a los alumnos que no debemos valorarnos por lo que piensen los demás de nosotros, pero que los demás pueden ayudarnos a descubrir cualidades que quizá a nosotros mismos nos cuesta trabajo identificar.

Yo les recomiendo que cuelguen su árbol en algún lugar de su habitación y que vuelvan a él cuando lo necesiten. Para terminar damos gracias a todos los compañeros con un gran aplauso por el regalo que nos han hecho, un regalo del corazón.

Espero que os haya gustado.

Créditos de imagen: A los cuatro vientos.