Hoy os voy a contar cómo realizo las reuniones de tutorías aplicando una herramienta de coaching educativo: las preguntas poderosas. Incluirlas en nuestras sesiones de tutoría es fundamental ya que ayudan a los alumnos a pensar y reflexionar sobre una situación determinada, generan consciencia y no juzgan y sobre todo contribuyen a desarrollar el pensamiento crítico. No es poca cosa, ¿verdad?
En la primera reunión, además de proporcionar la información del seguimiento académico del alumno/a trabajo la rutina de trabajo y la realización de las tareas en casa.
- La duración de la reunión suele ser de una hora.
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El alumno/a también asiste a la reunión de tutoría. Si vamos a hablar de él y de su rendimiento es importante que esté presente para que podamos escuchar sus opiniones y pueda responsabilizarse de las informaciones que hay en la hoja de seguimiento. Además, esto hace que el alumno también sienta que forma parte de su propio proceso de aprendizaje.
- Asegúrate de preparar la reunión con antelación: recoger con tiempo la información del resto de profesores, leerla y observar comportamientos del alumno en clase ¿hace anotaciones en la agenda? ¿es ordenado? ¿trae sus tareas? ¿participa?
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En esta fase de la tutoría los padres son observadores y no deben responder en nombre del alumno.
Primera fase de la reunión
Empezamos con unas cuántas preguntas al alumno antes de leer la información sobre cada una de las asignaturas.
Invitan a la reflexión, es decir, no se responden rápidamente. Preguntas del tipo:
- ¿Cómo es tu rendimiento en las distintas materias en las últimas semanas? ¿Y tu comportamiento?
- ¿En qué materias encuentras más dificultades? ¿Cuáles podrían ser las soluciones para superar esas dificultades?
- ¿Qué necesitas para apoyar esa mejora? ¿Qué acciones estás llevando a cabo para mejorar actualmente? ¿Cómo podemos ayudarte?
Esto nos sirve para involucrar al alumno y ver si hay consonancia entre sus respuestas y lo que vamos a encontrarnos escrito en la hoja de seguimiento.
Permitiremos que el alumno se tome el tiempo necesario para pensar las respuestas y dejaremos que el alumno hable, respetando su turno de palabra y dándole el tiempo que necesite para poder expresarse. Al principio, a los alumnos les cuesta hablar sobre sí mismos y su rendimiento con sus padres y profesor delante, por eso, es importante respetar sus intervenciones y dejar espacio para que pueda explicarse.
Después leemos las distintas informaciones. Y preguntamos al alumno si está de acuerdo con ellas o no, dándole la oportunidad de realizar aclaraciones. Si el alumno no está de acuerdo con algo (una nota, entrega de un trabajo…) lo anotaremos en la hoja de seguimiento y lo trataremos con el profesor de esa asignatura. Ofreciendo tanto a los padres y al propio alumno el feedback que nos aporte ese profesor, a través de la agenda del alumno, una llamada o un correo electrónico.
Una vez hemos hecho el recorrido por cada una de las asignaturas pasaremos a la segunda fase de la reunión (en el próximo post).
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